Oleada de incendios: 38.309 ha quemadas

Hay una especial preocupación por la reciente oleada de incendios por parte de las asociaciones para la recuperación de los bosques autóctonos de la Península Ibérica. El motivo principal de la reciente oleada de incendios se debe al abandono o negligencia en estos territorios lo que provoca echar a perder miles de hectáreas de vegetación mediterránea.

El problema ya no es solo la cantidad de fauna silvestre que perdemos en la península Ibérica, que también, sino todas las personas que se tienen que jugar la vida apagando el fuego en la inmensidad de oleadas de incendios que hay, pero ¿Cuáles son las cifras? Pues a 28 de julio de 2021 se han quemado 38.308 ha en 221 incendios diferentes. Esto significa que se han quemado ya, 19.785 ha más que todo el año pasado.

Ante esta catástrofe natural que se va incrementando cada vez más, sumado al cambio climático que ya es un hecho, el país se ve obligado a implementar medidas de prevención y de respuesta más rigurosas y que tengan una mayor eficacia ante los incendios, para evitar la pérdida de grandes zonas forestales.

Lo común entre la sociedad y distintas organizaciones es, una vez se ha conseguido extinguir el fuego tratar de elaborar proyectos de reforestación para una rápida ejecución. La realidad, es que el terreno que ha sufrido diversos y graves daños tras los incendios, necesita un proceso de adaptación más lento del que suele recibir.

El primer consejo tras apagar un incendio en una zona forestal es evitar introducir maquinaria pesada para la retirada de las ramas y troncos quemados por dos motivos. El suelo tras un incendio lo último que necesita es tener que soportar la maquinaria pesada necesaria para quitar los grandes troncos caídos.

Además, las ramas desprendidas en el suelo son buenas para evitar una mayor erosión del suelo y son el refugio o zona de paso de pequeños animales, que desprenden sus heces y además, pueden transportar semillas de otros árboles.

Se recomienda dejar pasar dos primaveras, desde la erradicación de los incendios para poder valorar la  evolución de la vegetación en dicha zona incendiada. Puede ser que tras una oleada de incendios en una zona forestal la recuperación sea más lenta de lo esperado y lo normal. En este preciso momento, es donde una intervención puede ser adecuada.

Lo primero es la vuelta de la fauna para que haya un esparcimiento de semillas. Hay que tener en cuenta que no puede haber demasiada fauna ya que podría ser todavía más perjudicial para la zona incendiada. Una vez ya contamos con la vida silvestre ideal, hay que tratar de abonar la tierra para que empiece a recuperar los nutrientes que ha perdido.

Pasado ya el tiempo pertinente, seguimos observando que no hay una recuperación de la vegetación, es el momento de elaborar un proyecto de reforestación para su futura implementación. Es preciso realizar un estudio de viabilidad del proyecto para ver si la zona se encuentra en disposición de ser reforestada. En caso positivo es hora de acudir a expertos para recibir el mejor asesoramiento posible para ver cuales son los árboles y vegetación idóneos para el territorio en cuestión.

Cabe destacar la importancia de que la zona reforestada cuente con biodiversidad y que los árboles que se utilicen se adecuen a las características y necesidades de la zona. Muchas veces el problema no tiene porque venir derivado un erróneo plan de prevención, sino porque se ha podido realizar un proyecto que no es el idóneo para el territorio en cuestión.

Desde Bezero estamos muy concienciados con el medioambiente y por ello la preocupación por la oleada de incendios que se están produciendo estos últimos meses. Nuestra preocupación es tal, que desde que surgió el proyecto hemos tenido una idea clara, contribuir al desarrollo del medioambiente de la mejor manera posible. Por ello, todos los proyectos de reforestación que queremos llevar a cabo como sumideros de CO2, son teniendo en consideración la fauna y las características del entorno donde se van a desarrollar.