Los esfuerzos son máximos para minimizar la subida de la luz y los daños que ha provocado.
El Gobierno ha conseguido aprobar el proyecto de ley que se había propuesto para minimizar la subida de la luz y conseguir reducir el margen de beneficios de las centrales eléctricas hidráulicas, nucleares y eólicas anteriores a 2003, ya que se considera que han sido amortizadas. El objetivo que persigue esta medida es el de reducir la factura eléctrica de los consumidores e industrias.
Esto ha sido posible tras la subasta que se realizó el lunes donde se registró el tercer precio más alto de la historia, 103,07€/MWh. Algo que puede convertirse en algo común debido a que el 31 de julio se superaron todos los récords con 106,57€.
Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, considera oportuna la medida implementada, de tal manera lo ha demostrado en la rueda de prensa que se produjo después del Consejo de ministros, ya que cree poder contar con todas las fuerzas parlamentarias para poder minimizar la subida de la luz.
Esta ley, surge en el momento en el que también se ha aprobado la rebaja del IVA al 10% y la suspensión del impuesto a la generación.
Lo que se está demostrando con estas medidas y así recalca Teresa Ribera es que se quiere aliviar el bolsillo del consumidor teniendo en cuenta cuales están siendo los precios actualmente de la luz. Además, quiso hacer referencia a los márgenes de beneficios que están obteniendo las comercializadoras de electricidad y que “no es el momento de maximizar beneficios” y si el de minimizar la subida de la luz.
Ribera ha mencionado que el texto que se ha enviado al Congreso de los Diputados, tras el levantamiento en contra de las grandes energéticas ha incorporado modificaciones teniendo en cuenta los consejos aportados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el Consejo de Estado y todos los actores involucrados.
Algunos ejemplos de actores implicados, es el mercado del CO2 en el que se ha establecido un precio mínimo de 20 euros por tonelada para poder garantizar la rentabilidad y viabilidad de las plantas.
La norma que ha sido tan criticada por algunas entidades conllevará un recorte de los ingresos de las centrales nucleares, el 80% de la potencia hidroeléctrica instalada y los parques eólicos que se crearon en 2003 por el mercado europeo de CO2.
Los precios tan altos que se manejan en dicho mercado acaban repercutiendo en el mercado mayorista de la luz, lo que conceden unos beneficios extraordinarios que son considerados inadecuados. Por ello, quieren hacer todo lo posible para minimizar la subida de la luz.
Para poner en contexto la situación del mercado del CO2, en julio el precio medio de la tonelada ha sido de 53,28€ teniendo en cuenta que el año se abrió con una media de 33,43€ ha habido un incremento del 59%. Este incremento es todavía mayor si lo comparamos con el precio justo hace un año, ya que era de 27,45€, es decir, casi el doble en 12 meses.
Para poder establecer cuál es la cuantía que se va a retirar de estos beneficios extraordinarios se ha elaborado una fórmula matemática que considera tanto la producción eléctrica de las instalaciones como el precio del CO2 en el Emmisions Trading System “ETS”.
Lo que está claro es que la subida de precios que se está produciendo este año, no tiene antecedentes en los sectores correlacionados con el energético y está produciendo estragos en el consumidor. Pero no solo ha afectado este como puede parecer, sino que muchas comercializadoras se han visto perjudicadas ya que no entraba dentro de las previsiones estos precios de mercado, por lo que les ha hecho perder dinero.
La conclusión que se puede extraer es que compañías energéticas y consumidores están pasando por unos meses difíciles y que no va a ser un periodo en el que se obtengan grandes beneficios o que se incurra en pocos gastos y no hay manera cierta de minimizar la subida de la luz y los daños que han supuesto para ambas partes.
