El cambio climático está teniendo gran cantidad de consecuencias que pueden ser irreversibles.
El cambio climático que estamos sufriendo estos años es innegable y este último año se ha visto reflejado por todo el mundo. Comenzando por los devastadores estragos que provocó la borrasca Filomena a principios de año en Madrid, las altas temperaturas que ha habido en América del Norte, en concreto Canadá llegó hasta los 49 grados. Además, el gran número de incendios que se han producido en Grecia y Turquía, añadido a las inundaciones sufridas en Europa Central han hecho saltar las alarmas.
De hecho, el IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) una entidad relacionada con las Naciones Unidas ha elaborado un informe en el que se detalla que el cambio climático que estamos viviendo no tiene precedentes y que, si hay que buscar un culpable a estos daños irreversibles, sería la raza humana.
A parte de que el calentamiento global tiene una repercusión negativa en la salud y el bienestar, el cambio climático puede suponer en el peor de los casos una reducción del 45% del PIB per cápita global, según el análisis que ha llevado a cabo Oxford Smith School y Pictet Am.
Los mercados no son indiferentes a este cambio climático y los más perjudicados son los emergentes. Teniendo en cuenta las políticas que se han implementado en India, puede perder hasta el 60% del PIB potencial para finales de siglos. Brasil es otro de los damnificados ya que puede llegar a perder más del 45% de la pérdida media mundial estimado.
Esto se debe a que los países emergentes son aquellos que cuentan con unas temperaturas más cálidas, y el hecho de que aumenta aún más las temperaturas supondría una disminución de la producción agrícola lo que conllevaría mayor desertización. En cambio, el aumento de la temperatura en países algo más fríos, como Europa Central, y Canadá, supondrá la apertura de nuevas zonas de cultivo y de navegación.
La compañía Schroders ha elaborado un análisis poniendo en comparación los beneficios que se obtendrían a 30 años en renta variable con y sin calentamiento global. En relación con lo comentado anteriormente, el mercado británico, europeo, canadiense y estadounidense obtendrán mayor rentabilidad que un mercado en el que no hay cambio climático.
Para poder reducir el cambio climático en todo el mundo el Banco Central Europeo se ha puesto manos a la obra y le ha otorgado al aspecto medioambiental la importancia que tiene. De manera que la compra de bonos corporativos incluirá criterios medioambientales. Cabe destacar que esta lucha no solo involucra a organismos públicos, por ello, una gran cantidad de gestoras de fondos de inversión han comenzado a implementar el ESG.
Esto demuestra que cada vez se le da más importancia al cambio climático y los inversores se toman muy en serio el aspecto medioambiental. Ya que a día de hoy existen alrededor de 50 productos relacionados con la conservación del planeta mientras que hace diez años, solo existían 15.
La verdad es que hoy en día se escucha mucho la existencia de productos con el nombre lucha contra el cambio climático y se consideran como parte de marketing y greenwashing. La realidad no es así, ya que se ha demostrado que a medio plazo estos productos tienen una revalorización gracias a los aspectos medioambientales.
De hecho, debido al atractivo que tenían este tipo de fondos muchos se vieron obligados a cerrar la entrada durante cierto tiempo para mantener la estrategia de inversión y que los inversores no se vieran afectados.
Bezero, nació con el objetivo de hacer frente a este cambio climático ayudando a las empresas a que conozcan el impacto medioambiental que tienen y que consigan reducirlo y neutralizarlo. Desde los inicios venimos avisando de que la lucha por la preservación del medioambiente es el presente y sobre todo el futuro y así está sucediendo.
