El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra. Se celebra desde 1970 pero en 2009 fue declarado oficial por la ONU.
Hoy 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Madre Tierra. Se celebra desde 1970 pero de manera oficial desde 2009, proclamado por la ONU.
En el Día de la Tierra, el reto es concienciar sobre los problemas ambientales como los que se generan con la superpoblación, la contaminación o la conservación de la biodiversidad.
Por ejemplo, podríamos solucionar la superpoblación ‘despoblando’ grandes ciudades en favor de ciudades más pequeñas y ejes rurales. En otras cosas por posibilidad de deslocalización gracias a internet y el avance de la tecnología. De esta manera, también se ganaría en calidad de vida y se aprovecharían mejor los recursos.
Para reducir la contaminación habría que avanzar en el uso de coches eléctricos y el desarrollo de una movilidad más sostenible. Así como el uso de energías limpias, el consumo de productos locales y ecológicos. También, incrementar la reducción y reutilización de plásticos, con alternativas como el compostaje u otros tipos de envases. Por otro lado, reducir herbicidas y plaguicidas químicos (no naturales). Y, un gran olvidado, reducir la contaminación acústica en las grandes ciudades.
En cuanto a la conservación de la biodiversidad habría que incrementar la protección a los animales en peligro de extinción y que la caza y la pesca fuese más sostenible. La tala de árboles debería estar más controlada ya que los bosques ayudan a combatir el cambio climático, protegen de la erosión y desertización, y esos suelos cuentan con más riqueza de nutrientes etc. También habría que controlar la entrada de nuevas especies invasoras, ya que pueden hacer desaparecer otras especies locales.
Además, otros problemas han quedado latentes con la actual pandemia y es. Citamos textualmente:
De acuerdo con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses. De estas enfermedades, el 75% provienen de animales. Esto muestra las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental.
En este Día de la tierra, el mundo está condicionado profundamente por todos estos problemas actuales que hemos mencionado. Pero a veces lo vemos como algo lejano y creemos que la mayoría de las veces solo afecta en gran medida a países del tercer mundo. Por ello, a continuación hablaremos de uno de los mayores problemas a los que se enfrenta España, Portugal y en general el sur de Europa (los llamados países mediterráneos).
España es considerado el país más árido de Europa. Cuenta con una fina cubierta vegetal si lo comparamos con otros países de Europa ya que cuenta con precipitaciones muy desiguales tanto en tiempo como en espacio. Es decir, no llueve igual durante todo el año y además en la zona sur y centro de España llueve menos que en la zona norte.
En España, una gran superficie vegetal se está perdiendo debido a deforestaciones para convertirlas en tierras agrícolas, construcción de carreteras y otras infraestructuras y talas de madera. Además de la lacra de los incendios forestales, que algunas veces son intencionados.
Por lo tanto, España se encuentra en riesgo alto de desertización. Por ello tenemos que explicar qué es la desertización:
La desertización es, en muchos casos, un proceso natural que sigue las variaciones climáticas, pero este fenómeno se ve agravado por las actividades humanas que destruyen la vegetación, debilitan el suelo y lo hacen propenso a la erosión.
A la acción humana que contribuye a este proceso, se le conoce con el nombre de desertificación.
La desertización afecta a las tierras áridas, semiáridas y subhúmedas secas (en conjunto llamadas tierras secas). Y la aridez es la diferencia que existe entre el agua que hay en una determinada zona y la que se evapora. Podríamos relacionarlo con los términos de oferta y demanda.
Las Islas Canarias, la costa mediterránea y una parte del interior, se encuentran en riesgo. Los expertos mantienen que un incremento en las temperaturas de España, afectan directamente al sur de la península y como, con el paso del tiempo, esta área se acabará convirtiendo en un desierto. Medidas para intentar revertir este proceso en la cuenca mediterránea se firmaron en los Acuerdos de París de 2015. Y, es que, tenemos ejemplos de desiertos en España, como el que hay ubicado en la región de Almería, en la zona desértica de Tabernas.
Cabe destacar que en España no solo llueve menos, sino que cuando lo hace, es de manera más torrencial y destructiva, con lo que el peligro de inundaciones es mayor, y se deteriora la calidad del suelo.
Para hacernos una idea, la España húmeda ocupaba un 39% entre 1971-2000 y será solamente el 20% a finales del siglo XXI.
Las consecuencias de la desertificación en España implican la pérdida de hábitats y especies, siendo España el país de la Unión Europea que alberga más especies de aves, mamíferos y anfibios. Además, se incrementa el riesgo de incendios y la calidad agrícola y de la tierra empeora.
Tenemos una oportunidad, en la educación y en la empresa, para impulsar el movimiento por el medio ambiente. Nosotros proponemos la plantación de árboles y la reforestación de zonas devastadas. Aquí puedes ver proyectos con los que poder colaborar. Echa un vistazo y toma acción. Queremos hacerte partícipe.